Por el Dr. Augusto Octavio Sosa

Pocos temas deben interesar tan poco a la sociedad como es el funcionamiento de la justicia, cuando en realidad debería ser al revés.

Resulta de vital importancia mantener ese interés social, pues ello hace también a la seguridad jurídica que en todo aspecto y en todo momento debe imperar para poder en alguna manera progresar como sociedad.

El no prestarle interés a una problemática tan compleja hace que luego esa justicia pueda ser maleable, permeable y ajustable a los intereses de turno.

Y tenemos en esto de ejemplo al mismísimo gobierno quien en todo momento ha demostrado sumo interés en poder controlarla y desde su base o su cimiento mismo, o sea desde el Consejo de la Magistratura que es precisamente el órgano que controla su funcionamiento, nombramiento y remoción de jueces. Por ello es vital para este gobierno “controlar al control” a través de la designación de sus miembros.

Cuando allá por el año 1994 se reforma la Constitución Nacional, se crea allí este organismo de control del Poder Judicial “…donde se procure el equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultante de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique la ley.(art. 114 inc 2 C.N)(sic).

Nace así la ley 24937/97 creando un Consejo de la Magistratura con un perfecto equilibrio de los intereses sociales y políticos.- Dicha ley fue avalada y loada por la entonces Senadora (no siendo gobierno) Cristina Fernández de Kirchner.

Ya en el año 2005 y a 2 años de ser gobierno la mentada Senadora junto a su esposo, arreciaban contra ellos famosos casos de corrupción (Skanska …por recordar solo uno) y por lo que fue necesario tomar las riendas de la justicia y someterla.

Eran épocas no de bonanzas, aunque si de un mejoramiento del bienestar social (veníamos de la crisis del 2001), con un precio de la soja de U$S 650 la tonelada y por lo que a nadie le interesaba el tema “Justicia”.

Ese fue uno de los momento más importantes de la sociedad en donde se debió prestar más atención y nada de ello ocurrió.- Se reformo la ley del Consejo de la Magistratura y se sanciono la nueva ley 26080 donde el gobierno mantuvo absoluto control sobre este organismo y la corrupción gubernamental comenzó a mostrarse en todo su esplendor. No es necesario aquí enumerar casos. Hay miles y por lo que muchos funcionarios terminaron presos.
La campana de cobertura judicial funciono a la perfección, hasta hoy que la Corte Suprema de Justicia declaro después de 15 años la inconstitucionalidad de esta nueva ley.

Hoy resulta que este nuevo Consejo de la Magistratura que se quiere reimplantar, para el Kichnerismo es inconstitucional o si se quiere y como expresan algunos funcionarios, es un golpe de estado, pero no es otra cosa que el mismo Consejo que la propia actual Vicepresidente impuso con loas en el año 1997.

Está claro así que este actual gobierno jugo cuando quiso y como quiso con todas las instituciones, en especial con el Consejo de la Magistratura que era el organismo que le garantizaba su impunidad.

P.D: “CON LAS INSTITUCIONES NO SE JUEGA (*)”. Alocución de Cristina Fernández de Kirchner – Del diario de sesiones del Honorable Congreso de la Nación al sancionarse la primera ley del Consejo de la Magistratura.

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