23 de julio, Día del Payador en Argentina
23 de julio, Día del Payador en Argentina

La payada, llamada así en Argentina, Uruguay, sur del Brasil y parte de Paraguay o paya en Chile, es un arte poético y musical; perteneciente a la cultura hispánica, que adquirió un gran desarrollo en Sudamérica. Una persona, el payador, improvisa un recitado en rima, cantado y acompañado de una guitarra. Cuando la payada es a dúo se denomina contrapunto y toma la forma de un duelo cantado, en el que cada payador debe contestar rimando las preguntas de su contrincante, para luego pasar a preguntar del mismo modo. Estas payadas a dúo suelen durar horas, a veces días, y terminan cuando uno de los cantores no responde inmediatamente a la pregunta de su contendiente.

Es un arte emparentado con el versolarismovasco, el trovo alpujarreño y el repentismo cubano. Este tipo de “discusión dialéctica” responde a un patrón que ha estado presente en un gran número de culturas, y forma parte de la tradición asiática, de las culturas griega y romana.

El antecedente de este arte en el Río de la Plata, puede encontrarse la obra de Bartolomé Hidalgo, nacido en Montevideo en 1788, quien es considerado el primer poeta gauchesco. La fecha de su nacimiento (24 de agosto) fue establecida por ley como el “Día del Payador” en Uruguay”. En Argentina se ha establecido el 23 de julio como “Día del Payador” en recuerdo de la famosa payada celebrada entre Juan de Nava y Gabino Ezeiza en 1884, en el teatro Artigas de Montevideo, ganada por el legendario Gabino Ezeiza con la improvisación de lo que después sería su canción “Saludo a Paysandú”.

Gardel y Razzano conocieron a Gabino Ezeiza en los comités políticos, como a casi todos los payadores de aquel tiempo, y ese conocimiento se lo llevaron a la rueda de amigos en el popular Café de los Angelitos. A su muerte, el dúo cantó en su homenaje Heroico Paysandú, que años después llevó al disco Gardel.
El primer payador cuyo nombre se registra es un soldado que luchó en Buenos Aires, contra las invasiones inglesas en 1806-1807: Simón Méndez, apodado Guasquita.

Resta decir que si el periodismo escrito tiene una vida efímera como la del periódico, que al día siguiente se usa para menesteres diversos. El repentismo o arte payadoril, pasado el momento, queda como el recuerdo de un instante intenso en la memoria y en los corazones.

Luis Augusto Raffo