El objetivo de esta nota no es minimizar los extraordinarios avances obtenidos con el mejoramiento genético con o sin modificación del mismo, o con selección masal, sino reivindicar las viejas prácticas agronómicas, (tan viejas como la implantación de cultivos agrícolas o forrajeros mismas), para no descuidar ninguna de las dos intervenciones.
El avance en el mejoramiento de las distintas especies forrajeras templadas y sus variedades y sobre todo en los últimos años ha sido muy destacable tanto en nuestro país, (instituciones públicas y privadas), como en el exterior: Inglaterra, USA, Nueva Zelanda, Australia, Francia, Uruguay y otros. Los avances no son solo en términos de producción de forraje, sino en resistencia e inmunidad a distintas plagas y enfermedades.
La idea central de esta nota, no es desmerecer lo anterior, sino recalcar que estas extraordinarias mejoras, no desplazan las viejas prácticas agronómicas de manejo, que deben acoplarse a lo genético y actuar en conjunto en un plan de producción.
Enumeramos a continuación algunas acciones de manejo, enfocándonos principalmente en la implantación de pasturas templadas:
Tanto para siembras de otoño o primavera temprana, recomendamos barbechos, (tiempo desde la primera intervención en el lote, mecánica o química y hasta la siembra), lo más largo posible para propender la acumulación de agua en el perfil, y en el caso del mecánico, (arado, disco común o desencontrado, cincel), también para la transformación del nitrógeno para poder ser aprovechado para las futuras plántulas.
Elección de época de siembra correcta: fines de febrero – marzo para siembras otoñales, y segunda quincena de agosto para las primaverales.
Elección de especies y variedades según características del lote y
objetivos de producción apelando al asesoramiento agronómico.
Densidad de siembra según mezcla, preparación de la cama de siembra, calidad de la sembradora y también con asesoramiento agronómico.
Profundidad de siembra adecuada según la forrajera perenne a implantar, (lo más superficial posible, de 2 cm. a menos.)
Recomendaciones ya realizadas en estos espacios para los primeros y posteriores aprovechamientos de las praderas implantadas, teniendo en cuenta presión de pastoreos, anclaje, altura y cantidad de hojas de la pastura.
Control de malezas en forma mecánica, o química en pre- emergencia, pos-emergencia temprana o pos-emergencia tardía, según tipo de malezas y estado de la pastura.
Asidua revisión del cultivo paras visualizar presencia de plagas y enfermedades y su probable correspondiente control.
Priorizar el control de malezas previo a la siembra y eventualmente la necesidad de un cultivo forrajero o agrícola anterior a la pastura.
Estas son algunas de las prácticas culturales para tener mejores probabilidades de obtener una buena pradera en nuestra zona. Ante cualquier duda sobre el tema, los esperamos en cualquiera de las dependencias de la Experimental Cuenca del Salado, para tratar de resolver los problemas.
Gracias por su atención y hasta la próxima:
Ingeniero Agrónomo Ignacio Rípodas
INTA Dolores
AER Maipú
EEA Cuenca del Salado
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