El padre de Julieta Rossi fue el primer testigo en la segunda jornada del juicio que se le sigue a los rugbiers acusados del asesinato del joven en Villa Gesell, un hecho que fue definido por el INADI como “crimen racial”.
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y distintas organizaciones sociales exigieron este martes “justicia” frente al “crimen racial” perpetrado contra Fernando Báez Sosa en Villa Gesell el 18 de enero de 2020, mientras consideraron que el asesinato formó parte de una “violencia sistemática de la cual son víctimas las personas racializadas –indígenas y afrodescendientes- en nuestro país”. Mientras tanto, en el segundo día del juicio en los tribunales de Dolores, el padre de la novia de Fernando afirmó que no le desea a ningún padre “ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón”, al tiempo que aseguró que su hija “no está preparada para enfrentar el debate”.
“Desde el INADI entendemos que aunque la carátula no contemple el homicidio agravado por el odio racial no debemos olvidar que al grito de ‘es un negro de mierda, mátenlo’, según imágenes y testigos, el 18 de enero, pasadas las 5 de la madrugada, Fernando fue atacado por la espalda, a patadas y brutales golpes que le originaran su muerte, en un claro ataque racista”, sostuvo el Instituto en un comunicado difundido en las últimas horas.
Desde el Inadi advirtieron que ante estos crímenes es necesario “amplificar el debate sobre los discursos que estructuran las violencias y la reproducción de estereotipos”.
“Necesitamos el compromiso de todos los actores del Estado y la sociedad civil organizada para desmontar esos prejuicios y garantizar una sociedad igualitaria, justa y democrática. Es lo que le debemos a Fernando y a cada una de las víctimas del racismo”, aseguró el organismo.
Y concluyó: “El racismo en Argentina existe, es estructural. Y mata”.
Entre otras organizaciones, también firmaron el documento la Asociación 18 de diciembre por el migrante, Movimiento Migrantes en Argentina, Frente Social Migrante, Centro Migrante Plurinacional, Bloque de Trabajadores Migrantes, Asociación Civil de Derechos Humanos Mujeres Unidas Migrantes y Refugiadas en Argentina (AMUMRA) y Red Nacional de Migrantes y Refugiadxs en Argentina. (DIB)
“No se lo deseo a ningún padre”
El papá de la novia de Fernando aseguró por su parte que no le desea a ningún padre “ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón”, al tiempo que aseguró que su hija “no está preparada para enfrentar el debate”, al declarar en la segunda jornada del juicio oral que se les sigue a ocho rugbiers en Dolores.
Oscar Rossi, padre de Julieta Rossi, quien era novia de Fernando al momento del crimen, fue el primer testigo en la segunda jornada del juicio que se les sigue a los rugbiers por el homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” del estudiante de abogacía y “lesiones leves” en el caso de sus amigos golpeados en el mismo episodio.
En su declaración el hombre aseguró que su hija “emocionalmente no está preparada para enfrentar el juicio” y “todo lo que vivió” la noche del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche “Le Brique”.
El hombre recordó la mañana de ese día, cuando Julieta lo llamó y le dijo que se encontraba en la fiscalía de Villa Gesell y Fernando en el hospital.
“Se sacó emocionalmente” al enterarse de la muerte de Fernando, dijo respecto de su hija y luego recordó el momento en el que viajó desde Pinamar -donde se encontraba- a Villa Gesell y vio el cuerpo del joven en la morgue.
“Les juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fer. Ni al peor animal en el medio del campo. A ningún papá le deseo ver a Fernando acostado y esperando que lo ingresen a un cajón”, expresó ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.
Luego mencionó que cuando llegó a la fiscalía, su hija tenía la camisa de Fernando, que entregó a la fiscal para realizar las pericias correspondientes de ADN. “Era una camisa que estaba rasgada”, describió.
Rossi describió a Fernando como “una persona excelente, un ser humano extraordinario, más que compañero, más que amigo, brindado a todo”, al igual que su grupo de amigos.
Sobre su hija, dijo que “permaneció un año sin salir de su habitación” debido a las secuelas emocionales que padeció.
El testimonio del padre de Julieta fue escuchado por los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, quienes se encuentran en la sala de audiencias de los tribunales de Dolores, luego de que ayer declararan como testigos.
También, al igual que ayer, están en el recinto los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)
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