El país de la miel: auge exportador y sello bonaerense en la apicultura argentina
El país de la miel: auge exportador y sello bonaerense en la apicultura argentina

Las exportaciones apícolas alcanzaron el mayor volumen de los últimos siete años. Argentina se consolida como cuarto exportador mundial, con la provincia de Buenos Aires al frente de la producción nacional.

La provincia de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de productores y colmenas del país, y se consolida como el epicentro de una actividad que combina tradición, innovación y turismo. Desde la llanura pampeana hasta el delta del Paraná, los apicultores bonaerenses sostienen un oficio que hoy vuelve a mostrar resultados históricos.

Durante los primeros ocho meses de 2025, las exportaciones del complejo apícola argentino (miel, cera, polen y material vivo) alcanzaron las 60.622 toneladas, el mayor volumen de los últimos siete años, según datos del INDEC. El valor total ascendió a 143 millones de dólares, con un aumento interanual del 13,2%.

La miel concentró el 94% de las ventas externas y fue el principal motor del crecimiento. Los precios internacionales se ubicaron en torno a los USD 2.360 por tonelada, un 8,6% más que el año anterior.

Un liderazgo global con acento federal
Argentina ocupa el 5° lugar como productor y el 4° como exportador mundial de miel, con más del 90% de su producción destinada al comercio exterior. En 2025, el país cuenta con 22.330 productores que trabajan 4,2 millones de colmenas, según el RENAPA.

Entre los productos de mayor crecimiento se destacaron la cera de abejas, con un aumento del 52,9%, y las abejas reinas, que sumaron 34.218 ejemplares exportados a Dinamarca, España, Líbano, Francia e Italia, según el SENASA. El desarrollo genético impulsado por el INTA y las cabañas privadas posiciona a la Argentina como referente internacional en la materia.

Los principales destinos de la miel argentina siguen siendo EEUU y Alemania, que concentran más del 75% del total, seguidos por España, Japón, Países Bajos, Suiza, Bélgica, Italia y Reino Unido. Italia volvió a comprar miel argentina tras dos años de pausa.

Diferenciación, trazabilidad y valor agregado
Aunque el 98% de las exportaciones argentinas se realiza a granel, el sector busca fortalecer la diferenciación por origen y calidad, con sistemas de trazabilidad que garantizan pureza y autenticidad. Iniciativas como el programa ApiTEC del INTI promueven la incorporación de tecnología, certificaciones internacionales y buenas prácticas (BPM, HACCP, ISO 22000), elementos clave para acceder a mercados exigentes.

La apuesta por la miel fraccionada o con denominación de origen podría incrementar el valor entre un 15% y un 30%, además de fortalecer las economías regionales y favorecer la conservación ambiental.

Más allá de los números, la miel bonaerense también se abre paso como un atractivo turístico.

La provincia como destino y experiencia

Buenos Aires no solo lidera la producción: también impulsa el turismo apícola. En rutas como la 2, la 3, la 9 y las provinciales 51 y 85, se multiplican las experiencias que integran campo, gastronomía y naturaleza.

Las mieles bonaerenses, de tonos que van del ámbar al rojizo, se distinguen por su diversidad floral —trébol blanco, eucalipto, zarzamora, cardo, naranjo— y por su versatilidad: líquidas, cremosas, multifloras o en jalea real.

En municipios como Tandil, Coronel Dorrego, Azul, Olavarría, Escobar o Chascomús, cooperativas y escuelas agrarias abren sus puertas para que los visitantes conozcan el proceso productivo, participen en cosechas estivales y degusten productos gourmet: hidromiel, cervezas con miel, dulces y mermeladas elaboradas en el territorio.

El valor de un oficio

Así, con un pie en la tradición y el otro en la innovación, la provincia vuelve a mostrar que su miel no solo endulza mercados, sino también historias.

El país de la miel: auge exportador y sello bonaerense en la apicultura argentina