-Por Noé Zenón Suarez Casielles-
¿Y, que ha pasado? En esos 200 años desde la INDEPENDENCIA lograda luego de aquel 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, en un periodo de seis años de angustia y miedos por la incertidumbre de esa concreción tan esperada.
Mucho nos ha pasado, desde el mismo veinticinco, pues comienza la resistencia hacia esa Junta, que se había logrado por la valentía y arrojo de criollos, y de algunos españoles ya convencidos por el cambio, dadas las circunstancias que se fueron sucediendo muchos años antes, además el peligro que nos arrebataran estas tierras y no quedaran en manos de españoles, luego de 300 años de lucha y civilización bien intencionada, por los monarcas españoles, en cuanto a los pobladores de estas tierras. Si hubo abusos, es otra cosa; servir y no servirse.
Quisieron los españoles fieles a la corona, llevar la rebelión al Norte, desde Córdoba, para resistir, por allí andaba Don Martín Miguel de Güemes, y nos salvó. Por Montevideo también se intentaba resistir y luego con drásticas decisiones se logra disuadir, por allí le tocó al padre de nuestro Pedro Castelli, para jugarse en la epopeya independentista.
Y, si los hombres de mayo, no hubieran tomado rápidas decisiones, otra tal vez hubiese sido la historia hoy. Entre los mismos adherente a la causa de mayo, hubo algunos indecisos, o los podríamos llamar tibios, miedosos, de perder lo que tenían, al no lograrse la emancipación comenzada.
Si bien, la valentía ante los ingleses, durante las dos invasiones, había puesto bríos para decidir, ese panorama no resultaba nada halagüeño. También los hechos en Europa, por las rivalidades entre las casas reinantes, empujaban a los criollos de América, a tomar decisiones.
La Primera Junta, con Don Cornelio Saavedra a la cabeza, este pone, todo sus esfuerzos para lograr coherencia y rumbo a la responsabilidad tomada.
Mariano Moreno da toda su fuerza de decisión para llevar adelante esto, ya tenían ejemplos de movimientos, como el de Túpac Amaru y más tarde en Chuquisaca en 1809, todo sumaba.
Se endurecen los movimientos españoles fieles a la corona, con la intención de recuperar el mando, presentando distintos frentes, combates y batallas; en donde me propongo hacer, un no corto resumen, pero no me queda otra, de ellos, a fin de que se tome la dimensión en la lucha, que se hizo y la que se cuenta, a veces, muy abreviada, como si las mismas fueran tres o cuatro, yo aquí resumo desde el 1810 a la mitad de 1816, cuando el Congreso en Tucumán, hace 200 años, declaraba nuestra Independencia, sucesos Bélicos acaecidos, que continuaron en mayor número. Ellos nos ponen en la dimensión vivida de todos los habitantes del Virreynato, ante ese cambio, que podemos decir obligado, el ahora o nunca. Allí estuvieron parte de mis antepasados directos, antes de la creación del Virreynato del Río de la Plata y luego dentro de ese escenario por una Patria libre, en ese momento, en Buenos Aires y tierras de la Magdalena, de donde vendrían en parte, los fundadores de Dolores, por 1817-1818, luego de la Independencia.
Paso a enumerar batallas y combates desde los días de 1810: en el Alto Perú, Cotagaita al mando de González Balcarce y también en Suipacha. Luego en Aroma con Esteban Arce y la de Campichuelo en Paraguay, comandada por Manuel Artígas.
Y pasado al año de 1811, el combate de Maracaná en Paraguay con Gregorio Perdriel. En Paraguari, Manuel Belgrano, el combate de San Nicolás en el Litoral con Juan Bautista Azopardo. Nuevamente Manuel Belgrano en Tacuarí, Paraguay y en lo que hoy es la República Oriental del Uruguay, en Soriano, Miguel Estanislao Soler. Pasando al frente del Alto Perú en Huaqui, Bernardo Vélez, y nuevamente en Uruguay, San José, con Bartolomé Quintero.
En Chiquiraya, A. Perú, Esteban Hernández. Volviendo a la Banda Oriental, en Las Piedras y en Cordón, José Gervasio Artígas y José Rondeau, respectivamente. Esteban Hernández nuevamente en el Alto Perú y González Balcarce, en Yuraicoragua y Huaqui. En la Banda Oriental y el Litoral, Islas de las Ratas y en Corrientes, Juan José Quesada y Elías Galván. En Sipe Sipe, Sansana, Nazareno, con Francisco del Rivero, Manuel Dorrego y Eustaquio Díaz Vélez, ya en 1812. Luego tenemos Rincón en el Litoral con Juan Pablo Videla, Esteban Arce en Pecona, captura de barcos en el Paraná, Benito Álvarez en Paraná, en el Alto Perú, en Cobos, las Piedras con Díaz Vélez, en Tucumán con Manuel Belgrano, 2º de las Piedras y el ataque a Jujuy con Cornelio Zelaya, en el Litoral y Banda Oriental, Saqueo de San Nicolás de los Arroyos, Juan Correa Morales, Miguelete, Rafael Hormiguera y Baltasar Bargas en Cordón y en Santa Lucía. Batalla de Cerrito por José Rondeau, en Arroyo El Bellaco Gregorio Samaniego y José Santos Lima, en San Lorenzo José de San Martín, luego en Paranacito, Gregorio Samaniego, y luego en Salta con Manuel Belgrano y Miguel Escobar apresa barcos en Concepción del Uruguay, en el Alto Perú, Cornelio Zelaya en Pequerenque.
Nuevamente en Uruguay y el Litoral, Martín Caparrós en toma de Martín García, en el Rincón de Zárate, Ángel Pacheco. En Ancacato, Republiquetas, Baltasar Cárdenas. Volviendo al Alto Perú, Vilcapugio con Manuel Belgrano, Tambo Nuevo con Aráoz de la Madrid, en Ayohuma Manuel Belgrano.
Banda Oriental y Litoral, combate Naval de Hornos con Franklin Server y de Paranacito con Gregorio Samaniego. San Pedro en Republiquetas con Álvarez de Arenales, luego Cucha Cucha, Chile con Juan Mackenna. En Tarvita, Republiquetas, con Manuel Asencio Padilla, la toma de Martín García por Guillermo Brown, Mariano Santibáñez en San Bernardo del A. Perú, en Chile, Juan Mackenna en Membrillar, Apolinario Saravia en Sauce Redondo del A. Perú.
El combate del Arroyo de la China por Tomás Nôtre en el Litoral, y Martín Miguel de Güemes en Juncal de Velarde en el Norte. En Republiquetas en las Horcas por Ignacio Warnes, y el combate del Buceo en la B. Oriental por Guillermo Brown.
En Republiquetas y el A. Perú se dieron: La Florida y Postrer Valle con Álvarez de Arenales, en Pilaya fue Ignacio Zárate, Arenales en Samaipata, y con Aráoz de La Madrid en Barrios terminamos en octubre de 1814.
Puna, Presto, Santa Elena, El Tejar, Pascada, Puesto del Marqués, Santa Bárbara, Venta y Media, Viluma, Salo, Callao, Culpina, Uturango y Cinti, cuyos jefes fueron:
Miguel Betanzos, Asencio Padilla, Vicente Camargo, Martín Rodríguez, Francisco Zuviría, Francisco Fernández de la Cruz, Ignacio Warnes, Martín Rodríguez, José Rondeau, Ignacio Regueral, Guillermo Brown, Lamadrid, Aráos de La Madrid y Vicente Camargo, Camargo, respectivamente, entrando en 1816. En la campaña de corso, ataque de Punta de Piedra y combate naval de Guayaquil por Guillermo Brown e Hipólito Bouchard. Combates en A. Perú y Republiquetas, De San Juan, Mojo, Cololó, Villar, La Laguna, de Chile en Juncalillo, Tarabuco, Aucapuñima, Arpajo, Chuquisaca, 2º Chuquisaca, con los siguientes patriotas respectivamente: De Lamadrid, Pérez de Uriondo, Idelfonso de las Muñecas, Juana Azurduy, Manuel Ascencio Padilla, José Aldao, José Serna, Vicente Camargo, Camargo, Manuel Ascencio Padilla, en estos dos últimos, llegando en vísperas, a la fecha del 9 Julio de 1816.
Entre otras cosas, se pasó de la Primera Junta a la Junta Grande, y luego a los Triunviratos, y la decisión de la Asamblea del año 1813, más adelante vendría el Directorio hasta la Independencia, en pocos años muchos cambios.
Los procesos que se han dado en el país desde que se organizó, como los que ha vivido el mundo, siempre están y estarán en proceso de purificación y de mejora, buscando llegar a ese bien común que se desea, algo que se hace difícil, pues a veces, la pluralidad en las sociedades y las ideas, lo hacen dificultoso, para llegar a un consenso real y realizable.
Cuando llega el 9 de Julio del año 1816, el Congreso que venía reuniéndose desde marzo, en esa casona alquilada por el gobierno, perteneciente a los herederos de Doña Francisca Bazán y Esteves, cuyo padre, Don Diego Bazán y Figueroa, arquitecto, hizo y dio en dote a su hija cuando se casaba con el español Don Miguel Laguna, y en la fecha del Congreso, era dueña Doña Gertrudis Laguna Bazán, casada con Don Pedro Antonio de Zavalía, existiendo en Tucumán hoy, descendientes. La casa cuna de la Independencia, fue comprada en 1874. Ya, cerca del día nueve, las reuniones se hicieron más interesantes, estaba el debate de que forma de gobierno, se debería adoptar.
Entrevistado el General Belgrano el 6 de julio, en sesión secreta, planteando como conveniente una monarquía incaica. La forma, de base temperada, (parlamentaria, constitucional, o moderada), traduciendo más o menos la idea, con un descendiente de los Incas, con sólido fundamento que dividía en opiniones a diputados congresistas, el postulado era Juan Bautista Túpac Amaru, hermano menor de Túpac Amaru o Condorcanqui, asesinado con toda su familia en 1781, salvándose Juan Bautista, que luego vivió en Buenos Aires y sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta. También eran partidarios, el General San Martín, el General Martín de Güemes y Juan Martín de Pueyrredón, entre otros; pero esto al plantearse había obtenido en el Congreso mayoría simple, y se necesitaban los dos tercios de los votos. Buenos Aires no lo veía con buenos ojos, si se iba a Cuzco, y menos perder el centro del poder, así las cosas.
Se declara ese día 9 de Julio de 1816, proclamada por ese Histórico Congreso en la ciudad de Tucumán, la esperada INDEPENDENCIA, en nombre de las Provincias Unidas de Sud América, con suma importancia a los pueblos originarios, ordenándose imprimir copias del Acta en español, en quechua y en aymará.
Muchos nombres me quedarán en el tintero, pero estuvieron. La Patria luego de ese nueve de julio de 1816, donde brillaba el Sol, Sol de los Incas, pero todo no estaba dicho ni solucionado para siempre. Todo recién comenzaba, era una nueva nación que lograba la Independencia en tierras de la América del Sur.
Es bueno recordar, la organización se fue haciendo rogar, hubo muchas intrigas y mezquindades por ideas divergentes de cómo encaminar todo, lo fue desde mayo de 1810, más en la parte económica, donde desde Buenos Aires, que siempre defendía su puerto y ser el centro del país, un logró, en gran medida. Muchas guerras internas hubo que soportar, ni siquiera para 1853 se habían solucionado las diferencias. Ideas que divergen hasta hoy, de la forma de organizarnos y encontrar una sola dirección, para todos, sin dejar de lado nuestras ideas, encontrando un consenso organizado, donde se respete la libertad del hombre y del ciudadano, el de las leyes, con las obligaciones y los derechos establecidos en nuestra Constitución Nacional. El General José Francisco de San Martín expresó: “Si somos libres, todo nos sobra”.
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