Hoy sábado, una camioneta Hilux que remolcaba un carro atropelló a un perro en calle Pilotto, entre Sucre y Bolívar. El animal quedó herido en la calle.
Un hombre y una vecina se movilizaron rápidamente, lo subieron a la camioneta de la mujer y ella emprendió la difícil tarea de encontrar un veterinario en un sábado, cuando la mayoría no estaba en la ciudad.
Finalmente, la hermana de una profesional abrió las puertas de su casa y se comprometió a que será atendido apenas su hermana veterinaria, regrese del campo.
Una historia que mezcla bronca e impotencia, pero también esperanza y humanidad. Porque aunque algunos eligen ignorar, otros todavía se detienen a ayudar.
A Marcela Vilajosana y al vecino Bernardo, Gracias por no mirar para otro lado.