Insólita bóveda en la Recoleta
Insólita bóveda en la Recoleta
Salvador María del Carril (1798-1883) fue gobernador de San Juan. Posteriormente fue el primer vicepresidente, acompañando a Justo José de Urquiza en la fórmula presidencial. Siguió el ideario rivadaviano. Fue impulsor del fusilamiento de Manuel Dorrego.
Presidió de la Corte Suprema de Justicia, designado por Bartolomé Mitre, tras la reincorporación de la provincia de Buenos Aires a la Confederación Argentina.
Su esposa Tiburcia Domínguez lo sobrevivió. Al encargar la bóveda a Camilo Pomairone, dejó expresa constancia que su busto debería mirar al lado opuesto al de su marido, para perpetuar sus diferencias conyugales que caracterizaron al matrimonio. Quedando así, de espaldas uno del otro para la eternidad.
El doctor del Carril, hombre de fortuna, desconoció públicamente toda deuda que su esposa pudiere haber contraído, a través de una solicitada en los periódicos. Ella nunca más le habló. Unitario y masón, ninguna cruz protege su descanso.
Muerto del Carril en 1883, ya con 70 años , Tiburcia Domínguez, se dispuso a gastar todo el dinero que su marido le retaceó durante su vida . Para ello contrató a un arquitecto francés y le encomendó la construcción de un castillo en una de sus estancias, ” La Porteña “, en Lobos. Cuando la obra estuvo terminada, amueblada y decorada , ella lo habitó y dejó el casco original de la propiedad para el personal . En el majestuoso castillo Doña Tiburcia realizó fastuosas reuniones y fiestas congregando a lo más granado de la sociedad porteña de entonces. Residió en él hasta su muerte ocurrida en 1898.
Luis Augusto Raffo