Días pasados se entrevistaron dos familiares de viejo cuño filial, o al decir de los genearcas con un parentesco histórico sin igual y de un mismo tronco, se trata de los señores Jorge Adrian Raggio Harisgarat Parodi Suárez y Vicente Pascual Suárez de Figueroa, quienes disfrutaron de las escrituras personales e históricas pertenecientes a Don Pascual Suárez su tatarabuelo. Este ceñudo patriarca supo ser “De los Revolucionarios del Sur”, había nacido en el año 1800 y muerto en 1876, dejando un montón de anécdotas y tradiciones orales, una de ellas y de las tantas es que todavía en 1879 se discutían 200 vacas y 1000 ovejas de su propiedad caídas en manos de “aves negras” como se decía en aquella época, pero esa sería la menudencia, y “harina de otro costal”.
Este gran paisano criollo patricio de Dolores propiamente por ser de los primeros pobladores y fundadores le cupo ser de” Los Revolucionarios del Sur” en 1839 cuando Dolores hizo el levantamiento contra el gobierno tirano de Juan Manuel de Rosas llamándose a tal rebelión “El Grito de Dolores, que es lo más importante y estuvo belígero en el fragor de la lucha en Chascomús y derrotados inexorablemente por lo cuantitativo no por lo cualitativo, tuvo que presenciar el infortunio de casi todos sus compañeros como Castelli, Kramer, Rico y otros, en tanto él ileso volvió a sus campos para seguir trabajando como lo había hecho siempre ,por supuesto con grandes pérdidas económicas, ya que él había sido quien había proporcionado para la batalla gran cantidad de caballos de los mejores y entrenado junto a Manuel Rico durante varios meses equinos y gente de su adhesión, según consta en fojas militares certificadas y en el Archivo General de la Nación.
Pascual Suárez cuerpo a cuerpo luchó con el joven militar teniente rosista Julián Alvarez que en la oportunidad tenía 20 años y lucía en batalla un pañuelo blanco en la cabeza a modo de vincha y mataba dolorenses por doquier haciendo gala de su juventud en tal lucha encarnizada al mando de Prudencio Rosas, quedando vivo en tal circunstancia, pero años más tarde cuando murió Alvarez en el norte argentino cerca de Metán luchando contra las tropas del General Lavalle le encontraron diecisiete cicatrices de puñaladas en el cuerpo que por lo visto las ostentaba con orgullo y recuerdo de la batalla de Los Libres del Sur en 1839. Pascual Suárez siempre fanfarroneó que él salió indemne de este encuentro armado, y tuvo diez hijos con María Lucía Vallejo fueron:
Martín, Heleno, Gerónimo, Domingo, Germán, Guillermo, Rosa, Hortensia, Luisa y María, y tiene aún en nuestros días amplia descendencia en la ciudad actual de Dolores.
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