Hace ya mucho tiempo y casi olvidado en el trajinar de la vida Rotary quiso homenajear al ser más sublime que nos dio la vida, pensando en perpetuar su recuerdo elaboró un proyecto cuya realización ha perdurado en el tiempo.
Siendo época de recordarlo, me refiero al monumento a la madre que en nuestro parque impone su presencia y nos invita a recordar a ese ser sublime que sin espíritu de recompensa entrega su vida al ser que sus entrañas trajo a este mundo.
Desde el año 1968 perdura esta ofrenda.
En el momento de su inauguración fue leída esta poesía de profundo sentimientos que a continuación reproduzco en este momento tan especial y homenajeando a todas las madres del mundo, digo, FELIZ DIA MAMÁ.
¡MADRE!
¡Madre! Nunca en mis estrofas
ha vibrado de emoción toda mi alma,
como vibra entre el coraje de estos versos
al conjuro emocional de esa palabra
¡Madre! Nunca como ahora
en que tengo que cantar tu soberana
majestad de emperatriz de los afectos,
he deseado ser poeta de gran talla,
de alto vuelo,
todo alas,
porque tengo que llegar hasta una cumbre
donde llegan solo águilas…
¡Madre! ¡verbo soberano!
La emoción hecha palabra,
el cariño echo tangible
la ternura enardecida hasta ser ascua…
Nadie puede disputarte aquí en la tierra
el imperio del amor ¡porque tu abrazas
todo el orbe con tus ondas,
todo el pecho con tu llama,
todo abismo tu lo llenas con perdones,
todo el cielo lo iluminan tus mirada!
Tu acompañas nuestras fiebres en la cuna
en las frías noches largas,
¡si lloramos por tus ojos
y tu sientes nuestra pena en tus entrañas!
nuestro llanto en tu agonía,
nuestras lágrimas tus lagrimas
solo tu sabes amar sin egoísmo
solo tú das al dolor una esperanza.
Reverbero de los cielos,
oro en llamas,
ser humano en el dolor del holocausto,
ser divino en el amor en que se inflama
No podemos convencernos
que no seas una criatura sobrehumana
y que tienes corazón hecho de carne,
pero un alma
con destellos del Amor con los Amores
y entroncada en las nacientes de la gracia.
Cuando el sol no la ilumina
¡Pobre planta! Crece débil, crece pálida
cuando un niño queda huérfano
¡Pobre niño! es otra planta
que no tiene el sol del amor que lo ilumine
que no tiene luz de vida para el alma…
Gracias Dios de las bondades
porque das en cada madre
dulces ráfagas de tus ojos paternales
y un destello luminoso de tu Gracia
y un relámpago y sublime de ternuras
en el hondo luminar de tus miradas!
¡Sigue, Madre, perfumando nuestro suelo
con la mirra del dolor de tus entrañas
sigue siempre iluminando las tinieblas
de estos odios que hoy estallan
con la tea coruscante
de este amor incandescente de tu alma;
sigue siendo creadora
sigue siendo soberana
creadora de legiones para el cielo
forjadora de las tropas de la patria
Raul A. Entraigas
De su libro “Polvo de tiempo y de tiza”
Poesía leída al inaugurarse el monumento a la Madre en el Parque Libres del Sur de nuestra ciudad en el año l968.
Roberto “Willy” Crippa
Foto: Carlos Gustavo Garay
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