¿La pista política, detrás de la difamación?
¿La pista política, detrás de la difamación?

El testimonio del convecino Gustavo Vincenti, que después de sufrir un ataque hacia su actividad gastronómica aludió que habría posibles vínculos de la política dolorense con la grave difamación que sufrió.

 

¿Se vuelve a abrir la puerta de la campaña sucia? justo cuando el sector que responde a Facundo Celasco parecía abandonar su estrategia electoral, luego de una sucesión de polémicas que tuvieron epicentro en las redes ligadas al kirchnerismo local.

 

La repentina y coordinada difusión, que llegó a los teléfonos de muchos dolorenses, contenía una acusación dirigida a Vincenti: se daba cuenta de un allanamiento hacia su propiedad, donde diariamente elabora productos comestibles para la venta, asegurando que en el citado procedimiento se habían registrados anomalías contundentes, lapidarias para el rubro en el que la víctima se desempeña.

 

Una vez confirmada la falsedad de los hechos difundidos vía WhatsApp, la aclaración del asunto trajo innumerables mensajes de solidaridad para con Vincenti. Los dolorenses no dudaron en destacar la calidad de los productos que comercializa como así también la constancia de trabajo que caracteriza al comerciante.

 

Recientemente, al dar su versión de los hechos en diferentes medios de comunicación, Vincenti deslizó que el feroz ataque del que fuera objeto podría estar vinculado a que abastece de empanadas, entre otros eventos, a las reuniones partidarias que realiza el espacio del intendente Camilo Etchevarren, insinuando que habría vinculaciones al candidato Facundo Celasco, y señalando como que serían gestores de la difusión personas pertenecientes al grupo de trabajo de Celasco.

 

El damnificado realizó una presentación judicial en una Unidad Fiscal de la ciudad, dando inicio a una investigación que intentará echar luz sobre los controvertidos sucesos, que fueron el tema de conversación más recurrente de las últimas horas. De confirmarse la hipótesis, sería una mancha más a una campaña electoral plagada de golpes bajos, que tienen a la oposición en el ojo de la tormenta.

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